jueves, 10 de julio de 2014

CAPÍTULO 23 ♥

Llegamos al hospital y en una silla de ruedas me llevaron para una sala, una vez allí Mario estaba conmigo, las enfermeras me miraron y aun me faltaba dilatar dos centímetros y yo no aguantaba mas el dolor, Mario me daba masajes en la espalda, ya no aguantaba mas. Al cabo de veinte minutos volvió la misma enfermera con dos mas y ya había dilatado lo suficiente y me llevaron a la sala de partos. Allí tuve a mi pequeña, la tuve en mis brazos pocos segundos, sentí que me partía en dos pero es lo mejor que me ha podido pasar, se la llevaron y a mi me cosieron y me llevaron a la sala de antes para estar en reposo, allí estaba Mario, Christian, María y Dylan.
MARIO: ¿Cómo estás cariño?
GEMMA: Dolorida, pero bien.
MARIO: ¿Y la pequeña?
GEMMA: Es hermosa, se la han llevado, ahora me la traen.
CHRISTIAN: Estoy muy orgulloso de ti. -Me dio un beso en la frente.-
MARÍA: ¿Qué has sentido? -Dijo ilusionada.
GEMMA: Que me partía en dos, pero merece la pena.
La enfermera entró con mi pequeña y me la puso en mis brazos.
ENFERMERA: Felicidades, es una niña hermosa y saludable.
GEMMA: Muchas gracias.
La enfermera se fue y me quedé con los chicos en la sala.
GEMMA: ¿Quieres cogerla? -Miré a Mario.-
MARIO: Si.
Se la di y me quedé embobada como miraba a nuestra hija, se me hacía raro decir nuestra hija, pero era cierto, era nuestra pequeña, se me caía la baba al verlo.
MARÍA: Oye comparte, que es mi sobrina.
GEMMA: Jajaja haber si os peleáis también por ponerles los pañales, darle el biberón cuando lo necesite y levantarse a las tantas de la madrugada cuando llora.
CHRISTIAN: Uff.. vamos a tener despertador a partir de ya.
MARÍA: Pues yo me levanto si hace falta, es mi pequeña sobrinita así que me levanto si hace falta.
GEMMA: Haber a la hora de que pase.
DYLAN: Enhorabuena Gemma.
GEMMA: Muchas gracias Dylan.
CHRISTIAN: ¿Cuando te dan el alta?
GEMMA: Mañana en la mañana, ustedes irse a descansar y mañana venís.
MARIO: Yo me quedo.
GEMMA: También necesitas descansar.
MARIO: No, yo estoy bien.
GEMMA: Bueno.
María, Dylan y mi hermano, Christian, se despidieron de mi y se fueron para la casa. Yo ya tenía a mi niña en mis brazos le había dado de comer y la enfermera se la llevó de nuevo, era de noche, Mario se quedó en una silla de al lado de la cama y se quedó dormido, yo también. Al día siguiente me desperté y María y Christian vinieron con ropa, me vestí y una enfermera vino con mi pequeña, me la dio y nos fuimos a casa. Mario se iba quedar en casa hasta que consiguiéramos irnos a vivir a nuestra propia casa, llegamos y llevé a la pequeña a la habitación y la metí en su cuna ya que estaba dormida y bajé. Unas semanas antes compramos la cuna, un carro y mas cosas para la pequeña entre esas cosas un aparato para escucharla que estaba en la habitación, en la cocina y en el salón. Era las 12:00 am y tenía hambre así que comí algo de fruta y me fui a la habitación, me tumbé en la cama y me quedé mirando la cuna, me levanté y me quedé obsevándola.
GEMMA: Te quiero muchísimo mi pequeña.
XX: Sabes que no entiende ¿verdad?. -Dijo a mi espaldas el hombre de mi vida, se acercó a mi.-
GEMMA: Claro que lo se. -Me agarró por la espalda y depositó un beso en mi hombro izquierdo.-
MARIO: Te amo.
GEMMA: Te amo más. -Le di un casto beso y nos tumbamos juntos en la cama.-
MARIO: ¿Qué nombre le vamos a poner?
GEMMA: Había pensado en Isabella.
MARIO: Me parece precioso.
GEMMA: ¿De verdad? 
MARIO: Si, pero ¿por qué ese nombre?
GEMMA: No se, simplemente me gusta.
MARIO: Es muy bonito.
GEMMA: ¿Estás de acuerdo?
MARIO: Si, claro que si.
GEMMA: ¿Quieres dar una vuelta con los demás al parque?
MARIO: Claro, vístete y baja, ¿me llevó ya a la niña para abajo?
GEMMA: Si, ahora bajo yo.
MARIO: Venga, te esperamos abajo.
Mario salió y yo me vestí. Iba así:
Gemma:

Bajé al salón y ya estaban todos listos, María también estaba ya vestida. Iba así:
María:

Salimos de la casa y caminamos hasta el parque. Una vez allí nos sentamos en un banco. Era las 20:00 pm, estuvimos hablando y riendo hasta que un móvil sonó, era el de María.
[Narra María.]
MARÍA: Disculpadme chicos.
-Llamada.
MARÍA: Hola cariño.
DYLAN: Hola amor.
MARÍA: ¿Qué pasa?
DYLAN: Te tengo una sorpresa, ven a mi casa.
MARÍA: ¿Qué clase de sorpresa?
DYLAN: Es sorpresa, te espero. -Colgó.-
-Fin llamada.-
-Pensamiento.-
Odiaba que me hiciera eso, odio las sorpresas y esas cosas, si no fuera por lo mucho que lo quiero..
Me dirigí hacia los chicos.
MARÍA: Oídme, Dylan me tiene una sorpresa, me tengo que ir, os veo después. -Me acerqué al carro.- Pequeña, después te vas a hartar de la tía María. -Le sonreí y me fui despidiéndome de los chicos.-
Caminé y a los quince minutos llegué a casa de Dylan. Esperé en la puerta unos segundos y decidí a llamar, a los dos minutos me abrió.
DYLAN: Hola peque.
MARÍA: Hola lindo, sabes que odio las sorpresas ¿lo haces aposta? 
DYLAN: Puede.. -Me sonrió y me hizo pasar.- 
Entré en su casa, me extendió la mano para pasar al salón y todo estaba oscuro, me tapó los ojos con una venda.
MARÍA: ¿Qué esto? ¿No me secuestrarás o algo por el estilo no?
DYLAN: Muy graciosa. -Ironizó.- Tranquila, que no te va a pasar nada, ¿confías en mi?
MARÍA: Confío en ti.
Caminamos por no se donde y llegamos a ese lugar ya que paró de caminar y me quitó la venda.
DYLAN: Ya puedes mirar.
Miré y estábamos en su jardín, habían pétalos de rosa en la piscina sueltos, en el césped había un corazón con también pétalos de rosa y justo en medio de este había una manta y unas cestas con comida.
MARÍA: ¿Y esto por qué?
DYLAN: ¿Tengo que tener un motivo para tener una cena romántica con mi novia?
MARÍA: Es hermoso, muchas gracias.
DYLAN: ¿Te ha gustado la sorpresa?
MARÍA: No.. me ha encantado cariño. -Lo besé.-
Fuimos hacia donde estaba la comida y nos sentamos en el césped, comimos, hablamos, reímos. Cuando terminamos dejamos todo ahí pero recogido y decidimos meternos en la piscina, nos quitamos la ropa y nos quedamos en ropa interior y nos metimos en la piscina. Al cabo de unos veinte minutos nos estuvimos besando y los besos se intensificaron, rodeé mis piernas en su cintura, estábamos empapados pero igual subimos a su habitación, me tumbó en la cama con cuidado y me besó por el cuello dejando mordidas, cada roce que me daba con su piel me excitaban aún mas, sabía como volverme loca este y chico y estaba completa y verdaderamente enamorada de el.
MARÍA: Te amo. -Le susurré al oído.-
DYLAN: Te amo. -Me dijo e hicimos el acto de amor.-
Al día siguiente me desperté a su lado, estábamos desnudos, sonreí y le acaricié la mejilla, este gruñó pero no se despertó. Me levanté y me fui a darme una ducha, una vez terminé me vestí y bajé para prepararle el desayuno y de camino darle yo una sorpresa que tenía para el, aunque no se compara a nada con lo que él hizo anoche. Se lo preparé y subí con una bandeja con unas tostadas, zumo y unos cruasanes, entré en la habitación y dejé la bandeja en la mesita de noche, me acerqué a el y comencé a darles besitos por la cara y el cuello. Este se despertó y le dediqué una sonrisa.
DYLAN: Quiero despertarme todos los días así.
MARÍA: Yo también tengo algo para ti, aunque no es nada comparado con lo que tu me hiciste anoche.
DYLAN: Seguro que me encanta.
MARÍA: Toma. -Le extendí una cajita pequeña azul.-
DYLAN: ¿No crees que es muy pronto para casarnos?
MARÍA: Idiota. -Reí.- Ábrelo.
Lo abrió y dentro había un colgante con la letra M y por detrás tenía grabada la fecha de cuando comenzamos a salir.
DYLAN: Es precioso cariño. -Me besó.- ¿Me lo pones?
MARÍA: Claro. -Se lo puse, se giró y me volvió a besar.
DYLAN: Veo que llevas la D.
MARÍA: Si. -Me toqué el colgante.-
DYLAN: Te quiero. 
MARÍA: Te quiero. -Lo besé.- Ahora date una ducha que el desayuno te espera.
DYLAN: Vale, no tardo.
Dylan se metió al baño y yo me quedé sentada en la cama. A los diez minutos salió envuelto en una toalla, se fue al armario, se vistió y desayunamos. Una vez terminamos recogimos todo del desayuno y lo de anoche y nos fuimos para la casa de Gemma.

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